sábado, 29 de junio de 2013

Antología parcial / 90






Nadie está solo

En este mismo instante
hay un hombre que sufre,
un hombre torturado
tan sólo por amar
la libertad. Ignoro
dónde vive, qué lengua
habla, de qué color
tiene la piel, cómo
se llama, pero
en este mismo instante,
cuando tus ojos leen
mi pequeño poema,
ese hombre existe, grita,
se puede oír su llanto
de animal acosado,
mientras muerde sus labios
para no denunciar
a los amigos. ¿Oyes?
Un hombre solo
grita maniatado, existe
en algún sitio. ¿He dicho solo?
¿No sientes, como yo,
el dolor de su cuerpo
repetido en el tuyo?
¿No te mana la sangre
bajo los golpes ciegos?
Nadie está solo. Ahora,
en este mismo instante,
también a ti y a mí
nos tienen maniatados.

José Agustín Goytisolo: Algo sucede (1968)

martes, 25 de junio de 2013

Corrupción


La corrupción, al contrario del deseo, no es un motor ontológico sino simplemente la ausencia de fundamento ontológico de las prácticas biopolíticas del ser.
En el Imperio1 la corrupción está en todas partes. Es la piedra basal y la clave de la dominación. Reside en diferentes formas en el gobierno supremo del Imperio y sus administraciones vasallas, en las fuerzas administrativas policiales más refinadas y en las más podridas, en los lobbies de las clases dirigentes, las mafias de los grupos sociales ascendentes, las iglesias y sectas, los perpetradores y perseguidores del escándalo, los grandes conglomerados financieros y las transacciones económicas cotidianas. Mediante la corrupción el poder imperial extiende un manto de humo sobre el mundo, y el comando sobre la multitud es ejercido en esta nube pútrida, en ausencia de luz y verdad.

Kasimir Malewitsch:
El hombre en el paisaje suprematista
La corrupción se percibe fácilmente porque aparece inmediatamente como una forma de violencia, como un insulto. Y ciertamente es un insulto: la corrupción es, de hecho, el signo de la imposibilidad de unir el poder con el valor, y por ello su denuncia es una intuición directa de la falta de ser. La corrupción es lo que separa a un cuerpo y una mente de lo que pueden hacer.
[...]
Las formas en las que aparece la corrupción son tan numerosas que intentar hacer un listado de ellas es como pretender medir el mar con una taza. Intentemos, sin embargo, dar algunos ejemplos, aunque no puedan representar a la totalidad. En primer lugar, hay corrupción como una elección individual que se opone y viola a la comunidad fundamental y a la solidaridad definida por la producción biopolítica. Esta pequeña, cotidiana violencia del poder es una corrupción mafiosa. En segundo lugar, hay corrupción del orden productivo, es decir, explotación. Esto incluye al hecho que los valores que derivan de la cooperación colectiva del trabajo son expropiados, y aquello que estaba en lo biopolítico ab origine público es privatizado. El capitalismo está completamente implicado en esta corrupción de la privatización.
[...] En tercer lugar, la corrupción aparece en el funcionamiento de la ideología, o mejor dicho, en la perversión de los sentidos de la comunicación lingüística. Aquí la corrupción toca la esfera biopolítica, atacando sus nodos productivos y obstruyendo sus procesos generativos. Este ataque queda demostrado, en cuarto lugar, cuando en las prácticas del gobierno imperial la amenaza del terror se vuelve un arma para resolver conflictos limitados o regionales y un aparato para el desarrollo imperial. En este caso el comando imperial está disfrazado, pudiendo aparecer alternativamente como corrupción o destrucción, lo suficiente como para revelar el profundo llamado que la primera le hace a la segunda y la segunda a la primera. Ambas danzan juntas sobre el abismo, sobre la ausencia de ser imperio.
[...]
Mientras que en los tiempos antiguos y modernos la corrupción era definida en relación con los esquemas y / o relaciones de valor y demostrada como una falsificación de ellos de modo tal que podía a veces jugar un papel en el cambio entre las formas de gobierno y la restauración de los valores, hoy, en contraste, la corrupción no puede jugar ningún papel en ninguna transformación de las formas de gobierno, porque la propia corrupción es la sustancia y totalidad del Imperio.

                            Michael Hardt - Antonio Negri: Imperio

1.- "El Imperio es el sujeto político que regula efectivamente estos cambios globales, el poder soberano que gobierna al mundo."
"La soberanía ha tomado una nueva forma, compuesta por una serie de organismos nacionales y supranacionales unidos bajo una única lógica de mando. Esta nueva forma global de soberanía es lo que llamamos Imperio."

viernes, 21 de junio de 2013

Cuestión de principios



Leo en la prensa que los mercados están contentos con el proyecto de reforma de las pensiones planteado por el grupo de expertos convocado por el Gobierno. Pero parece que la troika no está satisfecha del todo: dice que hay que ajustar todavía más; quiere  más rigor, término apodíctico y recurrente entre los ejecutivos de la Unión Europea.  Así, Joaquín Almunia, con ese tono solemne e insustancial que le caracteriza y ese rictus que lo delata, lo suele utilizar como sinónimo de firmeza, de solidez. Pero la realidad es otra: rigor es el eufemismo con el que en Bruselas gente como Almunia evita referirse al sacrificio impuesto a los más débiles y encubre su complicidad con los poderosos.
Dorrit Black: Los contrabajos
Que no nos engañe esa charpa de administradores, supervisores y contables sin corazón, a sueldo de los ciudadanos pero al servicio del capital. (Dejo ahora a un lado a los sicarios, sinvergüenzas y canallas).  Hay que decirlo alto y claro: lo que está en juego no es cómo se gestiona la res publica, sino cuáles son los criterios y prioridades que orientan y determinan esa gestión, cómo se garantiza la integridad de los agentes y la transparencia de las acciones, cómo se articula y se potencia la participación democrática de la ciudadanía. Es decir, que estamos hablando de política.  Una actividad a la que, por cierto,  hay que restituir su dignidad y su sentido.
Frente al discurso aparentemente neutro de los expertos, que traslada el debate sobre la crisis a una cuestión de números y balances, de réditos y porcentajes, de deuda y beneficios, hay que articular un discurso decididamente comprometido que afronte la crisis como una cuestión de principios. Los expertos y quienes los nombran tienen que saber que el derecho a la educación, la atención sanitaria universal, el salario mínimo o las pensiones constituyen otras tantas conquistas en favor de la libertad, la justicia y la igualdad, a los que no estamos dispuestos a renunciar.
En el caso de las pensiones, debe quedar muy claro que, después de una vida entregada al trabajo, el gobierno tiene el deber de asegurarle a sus ciudadanos que puedan jubilarse con dignidad y no se vean obligados a vivir en la pobreza. Y para ello es necesario contar con un sistema público de seguridad social "para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo". Lo  dice el artículo 41 de la Constitución española.
Pues eso.
                                                                           Marta

martes, 18 de junio de 2013

Antología parcial / 89





Comunicaciones

Urge el pensamiento conectando
¿se siente? ¿alguien entre líneas?
¿errata? ¿paréntesis? ¿qué signo?
¿escuchan?
(La claridad del lenguaje
tiene apenas
la intensidad ambigua del poniente)
Estamos aquí, lanzados a la noche
terrestre, apretujados,
aquí, en la noche terrestre, aquí
en la noche terrestre.
De nuevo el hilo
el cable roto, el deslumbrante
cortocircuito.
¿No oyen? ¿No se oye?
Palabras mías, insensatas,
hechas de furor y de locura,
cuantiosa tesitura negra
a borbotones desbordándose
hacia dentro, hacia
el fondo
interpolado de rígidas luciérnagas.

Tiembla y destella, hace señales,
todas son huellas de la eternidad,
enumeradas y prolijas,
cuernos de caza, al mundo
aullidos de perros, está el desierto,
toques de peligro, inútilmente,
pasos cambiados, ¿dónde?
campanas para niebla, una piel fosforescente,
pedidos de auxilio, y envenenada,
sirenas de patrulleros, llamando,
gritos de alarma, solo, solo, solo,
bocinas de ambulancias, se hace tarde,
quiero saber si se hace tarde.

Un código de emergencia,
un vaso de agua, un hueso
para la inteligencia,
un alfabeto de clave radioactiva,
o telepática, o nuclear,
o una sustancia de amor
para esta extrema ubicación,
25 de abril de 1963, otoño,
en mi casa, hemisferio austral,
aparentemente a la deriva.
  
Amanda Berenguer: Quehaceres e invenciones (1963)

sábado, 15 de junio de 2013

Cortázar / Literatura y política




La cultura revolucionaria se me parece como una bandada de pájaros volando a cielo abierto; la bandada es siempre la misma, pero a cada instante su dibujo, el orden de sus componentes, el ritmo del vuelo van cambiando, la bandada asciende y desciende, traza sus curvas en el espacio, inventa de continuo un maravilloso dibujo, lo borra y empieza otro de nuevo, y es siempre la misma bandada y en esa bandada están los mismos pájaros, y eso a su manera es la cultura de los pájaros, su júbilo de libertad en la creación, su fiesta continua.
"Discurso en la recepción de la Orden Rubén Darío" (1983)

*

Frente a ese trabajo intelectual del enemigo interno y externo, realizado con una destreza que sería absurdo negar puesto que sus efectos saltan a la vista, ¿estamos hoy seguros de oponerle en todos los casos un lenguaje político y ético capaz de transmitir ideas nuevas, de transportar una carga mental en la que la imaginación, el desafío, y yo diría incluso y necesariamente la poesía y la belleza, estén presentes como fuerzas positivas e iluminadoras, como detonadores del pensamiento, como puentes de la reflexión a la acción?
“¡Qué poco revolucionario suele ser el lenguaje de los revolucionarios!” 
Años de alambradas culturales (1984)


Muchos teóricos marxistas, que parten de la noción de la lucha de clases, tienden a considerar que los únicos escritores revolucionarios son aquellos que pertenecen plenamente a la clase oprimida o que han roto con su propia clase burguesa o pequeñoburguesa para sumarse a sus filas; consideran también que un escritor como yo, que por origen y que por evolución cultural pertenece a la pequeña burguesía, es solamente un compañero de ruta (...) Frente a eso, y desde un principio, yo opté por aceptar una situación que me parece prácticamente fatal a esta altura de la evolución geopolítica de nuestros países y comprometerme en la lucha de un futuro socialista en América Latina sin renunciar por ello lo que me es natural y conocido, un sistema de valores culturales que ha hecho de mí lo que soy como escritor, y sobre todo a un individualismo sin duda criticable en el plano de la militancia activa, pero que en el plano de la creación literaria no ha podido ser reemplazado hasta ahora por ninguna identificación colectiva, por ningún trabajo de equipo o sumisión a una línea de orientación basada en criterios políticos.
Obra crítica, 3 (1994)

*

“Entonces, el poema.../ ¿Poema? Oh no, oh no./Fíjese qué lástima, pensar que iba tan bien hasta hace unos años, a pesar de ciertos excesos verbales, y ahora así, de golpe.../debe ser el oro de Moscú, a menos que sean dólares de la CIA, que también pagó a Cohn-Bendint/ insultar a la poesía, esa cosa tan delicada/ Con rima y ritmo/Con metáforas/Con muchísimos sauces/Igual que esos concretos, dígame un poco, que le hacen poemas con figuritas y pedazos de palabras todo pegado/ la poesía es como un aire suave de pausados giros y no debe rozar para nada la política (. . .)  ¿habrá de repetir, profesor papalito Zeta, que la literatura no es terreno privilegiado en el sentido escapista que tanto conviene y adorna? Biafra y el erotismo, los chorros de napalm y los Juegos Venecianos de Lutoslavski: la poesía sigue siendo la mejor posibilidad humana de operar un encuentro que nadie describió mejor que Lautréamont y que puede hacer del hombre el laboratorio central de donde alguna vez saldrá definitivamente humano, a menos que antes no nos hayamos ido todos al quinto carajo”
“Noticias del mes de mayo”, en Último Round (1999)


Yo asistí en Francia a la cosa patética de ver a los obreros de la Renault y la Citroen imposibilitados de dialogar con los estudiantes. Los obreros, después de 40 años de luchas sindicales, los miraban y decían: ‘Ustedes son unos hijitos de papá...muy revolucionarios, pero cuando se reciban de médicos o abogados se pondrán frente a nosotros, ya lo sabemos’. Eso es terrible. Aquí puede pasar lo mismo si los jóvenes, si los intelectuales y los que se van a recibir de médicos y abogados, que están ahora de una manera u otra con esa apertura del gobierno, no hacen una revisión de sus propias posiciones y se largan a la calle en otro plano. En el plano del verdadero contacto.
Declaraciones a la revista Crisis (1973)

Véase: Nilda Susana Redondo: "Arte, literatura y política en Julio Cortázar". Razón y revolución nº 17 (2007)