jueves, 14 de marzo de 2013

Escritura y Melancolía



"Este libro habla de la escritura y de la enfermedad, y en algunos casos de la enfermedad escrita y de la escritura enferma", dice "a modo de explicación" su autor, el poeta y ensayista mejicano Juan Domingo Argüelles. 
El libro se titula Escritura y Melancolía, y la enfermedad a la que se refiere es la depresión, esa sombra oscura que "nos saca absolutamente de la realidad y nos condena, en su manifestación más profunda, a un sufrimiento que nadie puede comprender sino el enfermo". Brainstorm (tormenta en el cerebro) la llama William Styron en  Esa visible oscuridad, las memorias en las que -como recuerda Argüelles- el autor de La decisión de Sophie narra "su devastadora caída, su descenso en el abismo, esa temporada en el infierno que significó vivir y sobrevivir la depresión profunda".
Enraizada en la melancolía (que es "la felicidad de estar triste", según Víctor Hugo), la depresión es mucho más que una honda y arraigada tristeza: "un mal que se adentra en lo más profundo del desconsuelo, la aflicción, el desamparo, el dolor, la tortura, la desolación, la angustia, la ansiedad, la desesperación y el sufrimiento".
Aunque remite a textos especializados, como Un estudio sobre la depresión, de Carlos Castilla del Pino, Escritura y Melancolía no es ni pretende ser un tratado sobre la enfermedad. El libro "habla con la voz de lo vivido", esto es, desde la experiencia personal de quien "durante todo un año y algo más" vivió hundido en el pozo oscuro de la depresión y supo "lo que significa esa tenebrosa realidad". Pero no es un libro estrictamente testimonial, porque el autor evita los detalles y los datos biográficos. A partir de su propia experiencia Juan Domingo Argüelles reflexiona sobre la naturaleza y las causas de la enfermedad, los vínculos entre temperamento melancólico y poesía, entre creatividad y neurosis, dialogando con otras experiencias, recogiendo otros testimonios.
Al ya citado Styron (que ocupa un lugar destacado en su exploración), se unen Alfredo Bryce Echenique (que padeció la enfermedad "de forma muy severa"), Gustave Flaubert (para quien la literatura fue "una purga y una purificación de la sensibilidad y la inteligencia"), Julio Ramón Ribeyro (en cuyo Diario personal reconoce "más infelicidad que dicha, más enfermedad que salud"), Octavio Paz (para quien el arte es un ejercicio que simultáneamente nos libera, nos realiza y nos defiende de la adversidad)... 
Paul Klee: Coming to Bloom
Y junto a estos comparecen por diversos motivos Montaigne, Pascal, Thomas Mann, Philip Roth, Primo Levi, Unamuno y Paul Auster, entre otros.
Argüelles relee con especial interés dos títulos: El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, de Oliver Sacks, e Impromptus, de André Comte-Sponville, con los que indaga en las relaciones entre enfermedad e individualidad, y entre angustia y sabiduría, respectivamente. El autor de Escritura y Melancolía, que ha aprendido con Ribeyro que "los mejores libros nunca prometen a nadie la felicidad", y con el filósofo francés que "el sufrimiento y la angustia forman parte de lo real", anota: "La lección es diáfana: nada, ni siquiera la sabiduría nos evita el sufrimiento, pero nada, también, ni siquiera el dolor, destruye para siempre la probable felicidad, mientras estemos vivos".
Escritura y lectura, interpelándose mutuamente, aventando preguntas, ensayando respuestas, convierten el recuerdo de aquella experiencia vital en una aventura, en una experiencia literaria, esto es, en una forma de conocimiento y catarsis.
                                                                   Claudio
 

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