Vana historia
Si no
recuerdo mal, todo cabía
entre
los horizontes de un pañuelo.
Entonces figuraba el mediodía
un sol con ojos en mitad del cielo.
Entonces figuraba el mediodía
un sol con ojos en mitad del cielo.
Y
gracias a una tierna hechicería
la
noche prodigaba su consuelo
con tanta caridad que uno veía
las estrellas tiradas en el suelo.
con tanta caridad que uno veía
las estrellas tiradas en el suelo.
Pero
hoy el agua no lo dice. Es cierto:
ya no
se pone un corazón dorado
ni roba añiles a la golondrina.
ni roba añiles a la golondrina.
Porque
el mundo hechizado está desierto.
Qué
dolor, sobre él se ha desatado
el Miedo con sus trapos de neblina.
Mª Elena Walsh : Otoño imperdonable (1947)
el Miedo con sus trapos de neblina.
Mª Elena Walsh : Otoño imperdonable (1947)
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