lunes, 15 de octubre de 2012

Otoño en Laramie




Ustedes ya saben que en Laramie nos gusta conversar, hablar sobre los temas más dispares. Y por supuesto, nos encanta discutir: aprovechamos cualquier resquicio, cualquier ocasión para entablar un buen debate. 
Ningún tema nos es ajeno. De verdad, les hablo en serio: ninguno. Aquí nada está vedado ni nadie se pone estupendo despreciando este o aquel asunto. Claro que hay temas que nos interesan y nos preocupan más que otros. En primer lugar, naturalmente, la gran crisis que estamos viviendo. De hecho, hay días en que no hablamos de otra cosa. Pero este último fin de semana nos hemos concedido un descanso. 

Christopher Burkett: Autumn Aspens & Blue Lake Stars
Antonio nos tenía preparada una sorpresa. ¿Qué os parece si hoy, en lugar de andar a la greña con Bruselas, la troika y toda esa panda de individuos, que diría Ubú, celebramos la entrada del otoño? Sin esperar la respuesta, nos invitó a que pasáramos al salón.
Esto que estáis escuchando -dijo Antonio, mientras colocaba en la mesa un variadísimo surtido de blinis- es el melancólico adagio del Concierto en LA para clarinete, de Mozart. Es hermoso, ¿verdad? Pero yo he elegido algo más sencillo y, que me perdone Mozart, más... intenso: "Les feuilles mortes", una canción a la que vuelvo siempre en estas fechas.
No recuerdo haberla oído, dijo rarodeluna. Ni yo, añadió Carlota. A mí me ocurre lo mismo, dijo Teresa. Claro que la habéis oído -aseguró Darío-, pero con el título en inglés: "Autumn Leaves". ¿Os suena ahora? ¡Ah, ya!, respondieron al unísono. Es una muestra más del imperialismo yanqui, que acaba apropiándose de todo - comentó Darío.
En efecto -añadió Antonio- es una canción francesa de 1945. La letra la compuso Jacques Prévert y la música Joseph Kosma. Yves Montand la popularizó y el jazz la hizo suya enseguida ensayando múltiples versiones.
¿Cuándo la vamos oír?, preguntó rarodeluna. No te impacientes, le respondió Antonio. Primero os voy a servir el cóctel que he preparado para nuestra celebración: un Cilantro Martini. A ver qué os parece.  

Christopher Burkett: Aspen grove
Mientras saboreábamos el excelente cóctel y los deliciosos blinis, Antonio nos habló de "Les feuilles mortes". Al parecer hay más de cuatrocientas versiones y la han interpretado más de cien artistas. Antonio eligió ocho versiones, pensando -dijo- en cada uno de nosotros:
A Julián le dedico la de Eric Clapton. Para Darío, Miles Davis. A Teresa le gustará la versión de Eva Cassidy y a Marta, seguro, la de Yves Montand. Estoy también seguro de que Claudio no le pondrá pegas a la interpretación de John Coltrane. Para Carlota la versión de Diana Krall y para nuestro hombre en La Habana, Stanley Jordan. Yo me quedo con Juliette Greco. Bueno, ya me contaréis.
La velada, que transcurría en un continuo ir de aquí para allá a propósito del otoño, pareció centrarse cuando Darío asoció otoño y decadencia, y Claudio evocó el último Visconti, el de la trilogía alemana y Gruppo de familia en un interno. Andábamos enredados en el binomio decadencia y cine cuando rarodeluna dijo: melancolía. Esa es la palabra, ¿no? No sé si os habéis dado cuenta: no hemos hecho otra cosa que hablar del fracaso y de la muerte. ¿Es ese el otoño que queremos celebrar, Antonio? ¿Es esa, Julián, la "estación de la bruma y la dulce abundancia, / gran amiga del sol que todo lo madura", que cantaba Keats? ¿O será quizá que no podemos sustraernos a la tristeza, a la pesadumbre, al abatimiento en el que nos ha sumido esa crisis de la que hoy hemos preferido no hablar? ¿Dónde arraiga esa decadencia, Darío? En fin -concluyó rarodeluna, levantando la copa: ¡salud!
Creo que ya va siendo hora de retirarnos -dijo Antonio, mientras todos respondíamos ¡salud!

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