sábado, 22 de enero de 2011

Autobiografía sin vida


Félix de Azúa: Autobiografía sin vida. Mondadori. Barcelona, 2010.

Azúa es siempre una buena ocasión para espabilar y no caer en esa modorra tan generalizada como inquietante que acompaña otras digresiones contemporáneas. Brillante, provocador, voluntaria y vocacionalmente paradójico, Félix de Azúa es un buen escritor a quien su legítimo narcisismo y una especie de congénita (o novísima) pedantería le han impedido desplegar todo su talento.

Cuando leo sus escritos me quedo siempre, como ahora, con la impresión de que podía haber dado más, que estaba en sus manos haber dado más y no lo ha hecho. Pero merece la pena leerlo. Véase, por ejemplo, el penúltimo capítulo. Soberbia y elocuentísima esa última imagen de Jaime Gil de Biedma negándose a hacer los deberes.
 Julián

miércoles, 19 de enero de 2011

Hablar



"Hablamos porque algo nos apremia y el apremio llega de fuera, de una trampa en que las circunstancias pretenden cazarnos, y la palabra nos libra de ella. Por la palabra nos hacemos libres, libres del momento, de la circunstancia asediante e instantánea. Pero la palabra no nos recoge, ni, por tanto, nos crea y, por el contrario, el mucho uso de ella produce disgregación; vencemos por la palabra el momento y luego somos vencidos por él, por la sucesión de ellos que van llevándose nuestro ataque sin dejarnos responder. Es una continua victoria que, al fin, se transmuta en derrota.
Y de esa derrota, derrota íntima, humana, no de un hombre particular, sino del ser humano, nace la exigencia de escribir. Se escribe para reconquistar la derrota sufrida siempre que hemos hablado largamente".
                                                                            
                                                                               María Zambrano
                                                                                   
*

“Uno va enterándose de lo que dice mientras va hablando”.
                                                                                     John Searle
                                                                                    

domingo, 16 de enero de 2011

Las cuatro estaciones / 2


Hablar. Eso es lo que más nos gusta hacer en Laramie. Hablar y hablar. No hay asunto vedado. No hay orden del día ni guión previo. Hablamos de todo aquello que nos interesa porque nos preocupa. 

La de ayer fue una velada apasionante. Sin movernos de “Las cuatro estaciones” –ya saben: el salón donde nos reunimos los fines de semana– realizamos un viaje rico en experiencia y en conocimiento, como quería Kavafis. De Laramie a Puerto Príncipe; de allí, vía México, a Túnez; pasamos después por el Vaticano, y de regreso hicimos escala en Madrid.
Como no quiero fatigarles, les he seleccionado los temas y las intervenciones que me resultaron más interesantes.

Del primer asunto poco puedo decirles. Llegué un poco tarde y me perdí el debate a propósito del texto de Teresa sobre 8 poetas raros. Le he pedido a Carlota que me pase sus notas (ella siempre me echa una mano en estas ocasiones) y ya les contaré. 

Cuando ya estábamos todos Marta leyó un texto muy breve:
¿Os acordáis? Hace un año en Haití un terremoto terminó con la vida de más de doscientas mil personas y dejó a 1’3 millones sin un lugar donde vivir. Los huracanes, el cólera, el desorden impuesto… Un año después la mayoría sigue viviendo en condiciones tan precarias como lamentables.

Anonymous

Fue Marta también quien llamó la atención sobre lo que está ocurriendo en Túnez: ¿estáis al tanto de lo que está pasando? ¿Qué opináis? ¿Es una revolución? ¿Se aprovecharán los integristas de la situación creada? ¡Echadme una mano, venga, que estoy muy confusa! ¿Tú qué dices, Antonio?
Antonio.- Que esto no ha hecho más que empezar y que tengo la impresión de que, como viene siendo habitual, el asunto les ha cogido a pie cambiado a los listos que andan por las alturas. Al final, como ocurre casi siempre alguien sacará tajada de todo este embrollo y el pueblo…
rarodeluna.- Disculpa, Antonio: no comparto tu escepticismo ni desde luego esa visión cínica de los acontecimientos. Yo creo que esto puede ser el comienzo de una nueva experiencia revolucionaria, si los tunecinos no se dejan manipular por quienes tienen como único objetivo alcanzar el poder, claro.
Darío.- Nueva experiencia revolucionaria… ¿A qué me suena a mí eso?
rarodeluna.- Sí, Darío, nueva. ¿O es que no sabes cómo empezó todo y cómo se agudizó con la intervención de la legión de ciberactivistas de Anonymous que colapsaron las webs oficiales de Túnez…?
Claudio.- ¿Qué es eso de Anonymous?
Carlota.- El nombre que recibe cualquier persona que postea en un foro cuando no registra un nombre. De modo Anonymous es cualquiera.
Darío.- ¿Y cualquiera puede poner en marcha un proceso revolucionario…?
rarodeluna.- Es que Anonymous es una legión de ciberactivistas con una extraordinaria capacidad de movilización en la Red.
Darío.-¿Y quiénes son? ¿Qué pretenden?
rarodeluna.- Al principio era una organización desorganizada que defendía causas más o menos pintorescas. Con el tiempo se ha convertido en una especie de movimiento libertario sin líderes ni portavoces con una notable capacidad de movilización e influencia.
Julián (con evidente ironía).- A ver: currículum…
 rarodeluna.- No es para tomárselo a broma. Fueron ellos quienes organizaron la “Operation Chanology” contra la iglesia de la Cienciología. Anonymous también organizó ataques contra la SGAE, el Ministerio de Cultura en España y algunos partidos políticos a raíz de la llamada Ley Sinde. Actualmente Anonymous está apoyando a WikiLeaks, no porque estén de acuerdo o en desacuerdo con la información que está siendo revelada, sino porque rechazan rotundamente cualquier censura en internet. Lo cierto es que le metieron mano a Visa, Mastercard, PayPal y Amazon, las empresas que dieron la espalda a Wikileaks.
Darío.- ¿Y todo eso en la Red?
rarodeluna.- Todo, no. También organizan protestas presenciales en las que los miembros del grupo llevan máscaras de Guy Fawkes de V de Vendetta. Pero lo suyo es el ciberactivismo.
Claudio.- ¿Ciberactivismo o ciberterrorismo?
rarodeluna.- No lo sé. Hay quien dice que la organización se ha convertido en un foco de protesta que es virtualmente imposible de perseguir y por lo tanto de neutralizar.

Noticias que llegan

Entre las quejas, dudas, perplejidades y reclamaciones que se recogen en el Libro abierto en una de las esquinas del salón, una vez más Benedicto XVI se convierte en noticia.
Elijo la que Pedro recoge en su último Suelto.

Envío con posdata

Informo a quien no lo sepa y recuerdo a quien se le haya olvidado que desde hace tres décadas el Departamento de Literatura de la Unam (Universidad Nacional Autónoma de México) publica Material de Lectura, con sendas colecciones, una dedicada al Cuento y otra a la Poesía,  que recogen una muestra de la obra de los escritores más importantes del siglo XX. Cada una de las entregas incluye una breve antología que permite a los estudiantes y por extensión a los lectores interesados iniciarse en el conocimiento de la mejor literatura universal del siglo pasado y el actual. La última entrega está dedicada a Alejandra Pizarnik. No os la perdáis.

La cuestión es:
¿por qué aquí los departamentos de literatura se dedican a publicar (en la mayoría de los casos infumables) artículos de sus egregios miembros en lugar de difundir la literatura propiamente dicha?

Walter Benjamin

Carlota dejó en una de las mesitas una postal con la siguiente nota: “No os perdáis “Constelaciones”, el programa que el Círculo de Bellas Artes de Madrid dedica a Walter Benjamin, vídeo incluido”.


viernes, 14 de enero de 2011

Poetas raros


Ayer, después de leer el extraño soneto que eligió Julián para iniciar su Antología, no sé por qué me acordé de un libro que hace ya muchos años me produjo una sensación de extrañeza cuando lo leí. Lo he buscado en mi librería y aquí está: 8 poetas raros (Conversaciones y poemas), editado en 1992 por José Mª Parreño y José Luis Gallero en Árdora ediciones.
Estuve hojeándolo un buen rato y desde luego que es una antología rara. Por edad y por estética son poetas muy dispares. Pero, eso sí, a tenor de lo que dicen sobre sí mismos y sobre la poesía son desde luego unos tipos raros. No me aburrí entonces, ni me he aburrido ahora leyendo alguno de estos poemas. Me quedo con “De caer…”, de Teresa Gracia, pero sobre todo con “Te quiero, porque tu corazón es barato”, de Pedro Casariego, que fue para mí todo un descubrimiento.

Foto: ZAC

Yo entonces vivía en Madrid y frecuentaba el Círculo de Bellas Artes donde, si no recuerdo mal, trabajaba José Mª Parreño, uno de los editores de aquella antología y también él poeta raro y me parece que poco conocido. Era serio y reservado, pero amable y atento. Estaba muy delgado y creo que fumaba en pipa (¿o lo he soñado?). Un día llegué al Círculo más temprano que de costumbre y al entrar en la cafetería vi que estaba solo anotando algo en una libreta. Me acerqué a él y le pregunté si podía atenderme unos minutos. Quería saber si Casariego solía ir por el Círculo. Pedro murió la semana pasada, me dijo. Lo siento, respondí sobrecogida.
Tuve que esperar diez años para conocer toda su poesía en Poemas encadenados.
Teresa