sábado, 22 de enero de 2011

Autobiografía sin vida


Félix de Azúa: Autobiografía sin vida. Mondadori. Barcelona, 2010.

Azúa es siempre una buena ocasión para espabilar y no caer en esa modorra tan generalizada como inquietante que acompaña otras digresiones contemporáneas. Brillante, provocador, voluntaria y vocacionalmente paradójico, Félix de Azúa es un buen escritor a quien su legítimo narcisismo y una especie de congénita (o novísima) pedantería le han impedido desplegar todo su talento.

Cuando leo sus escritos me quedo siempre, como ahora, con la impresión de que podía haber dado más, que estaba en sus manos haber dado más y no lo ha hecho. Pero merece la pena leerlo. Véase, por ejemplo, el penúltimo capítulo. Soberbia y elocuentísima esa última imagen de Jaime Gil de Biedma negándose a hacer los deberes.
 Julián

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