jueves, 16 de febrero de 2012

¿Estado de bienestar social?



... "En las economías mixtas de Occidente, el Estado dispuso de una parte muy importante del producto social, y también de un espacio para transferencias y subvenciones, quiero decir: para una efectiva infraestructura y una política social y de ocupación. El Estado pudo afectar el marco de la producción y la distribución para también incidir en el crecimiento, la estabilidad de los precios y el empleo. Dicho de otro modo: por una parte el Estado podía favorecer medidas que estimularan el crecimiento; por la otra, promover al mismo tiempo la dinámica económica y asegurar la integración social.
En los años ochenta empezó un cambio de tendencia: el auge del rendimiento se redujo. Se dificultó el acceso a los sistemas de seguridad y aumentó el desempleo. La reforma y reducción del Estado de bienestar social ha sido la consecuencia inmediata de una política económica orientada hacia la oferta, que busca entre otras cosas una desregulación de los mercados, la reducción de las subvenciones, el mejoramiento de las condiciones de inversión, una política monetaria y fiscal anti-inflacionaria, así como la reducción de los impuestos directos, la privatización de empresas estatales y otras medidas semejantes. 

Edward Burtynsky

La liquidación del Estado de bienestar social tuvo, sin duda, una consecuencia directa: las crisis que había logrado detener resurgieron con más fuerza. Esos costos sociales dañaron la capacidad política de integración de una sociedad liberal. Los indicadores revelan de modo inequívoco un aumento de la pobreza, de la inseguridad social, de desigualdad de los salarios; todo esto resume las tendencias de la desintegración social. El abismo entre los empleados, los subempleados y los desempleados aumenta cada día más. Con el aumento de los excluidos del empleo, de la educación continua, de las subvenciones estatales, del mercado de la vivienda, de los recursos familiares, surgen las subclases. Estos indigentes excluidos del resto de la sociedad ya no pueden dominar por sí mismos su propia condición social. Sin embargo, una falta de solidaridad como ésta destruye a la larga toda cultura política liberal, cuyo proyecto universal es imprescindible para las sociedades democráticas. Por otra parte, los acuerdos mayoritarios —que cumplen todas las formalidades— muchas veces socavan la legitimidad de los procedimientos y las instituciones, porque sólo reflejan los miedos de los grupos amenazados con el descenso social, es decir, reflejan las atmósferas populistas de derecha. 

Edward Burtynsky
 Los neoliberales que reconocen y aceptan una gran cantidad de desigualdades sociales, y que están convencidos de la justicia inherente de los mercados financieros internacionales, evalúan esta situación de modo diferente a las personas que todavía defienden los principios de "la era socialdemócrata", porque saben que los derechos sociales no son sino una suerte de fajas de la ciudadanía democrática. Pero ambas partes describen el dilema de modo muy semejante. Sus diagnósticos terminan en un hecho: los regímenes nacionales han entrado en una aventura en la que nadie gana nada, una aventura donde las inevitables metas económicas se obtienen sólo a expensas de los fines políticos y sociales. En el marco de la globalización de la economía, los Estados nacionales sólo pueden mejorar su capacidad de competencia internacional si limitan su poder estatal de configurar los sectores sociales. Todo esto justifica las "políticas de desincorporación" que dañan seriamente la cohesión social y someten a una dura prueba la estabilidad democrática de la sociedad.
Ralph Dahrendorf llama a este dilema "la cuadratura del círculo": "Se trata de unir tres cosas sin conflictos: conservar y fortalecer la capacidad de competencia en el viento huracanado de la economía internacional; no sacrificar la cohesión social ni la solidaridad; y llevarlas a cabo bajo las condiciones y en las instituciones de una sociedad libre"...

Jürgen Habermas: Nuestro breve siglo, Nexos 248, agosto 1998.       


No hay comentarios: