domingo, 13 de mayo de 2012

Revoluciones



"La historia moderna ha sido un relato de bienestar material, valores liberales, derechos civiles, política democrática y justicia social; y una pesadilla atroz. Estas dos fábulas no son en modo alguno independientes. La condición de los pobres es intolerable en parte porque los recursos para aliviarla existen en abundancia. El hambre es espantosa en parte porque es evitable. El cambio social es necesario debido al lamentable estado en que se encuentra el planeta, pero también es posible gracias a los avances materiales [...].
En cierto sentido, la necesidad de revolución es realismo puro. Ningún observador ilustrado moderadamente inteligente podría sondear el estado del planeta y concluir que se podría arreglar sin una transformación profunda [...]. 

Juan Genovés: Arcos

Sin embargo, hablar de transformación profunda no supone decir nada acerca de la forma que podría adoptar el cambio. Las revoluciones se caracterizan por lo asentadas que están, no por lo veloces, sangrientas o súbitas que son. Algunos procesos de reforma poco sistemáticos han supuesto más violencia que algunas insurrecciones armadas. Las revoluciones de las que nosotros somos producto tardaron varios siglos en completarse. No se hicieron en nombre de un futuro utópico, sino debido a las deficiencias del presente.
Como señalaba Walter Benjamin, son los recuerdos de los antepasados esclavizados, y no los sueños de liberar a los nietos,  los que impulsan a los hombres y mujeres a rebelarse. Esta es, en pocas palabras, la respuesta radical a la famosa pregunta: '¿Qué ha hecho la posteridad por nosotros?'. Nadie en su sano juicio soportaría los trastornos del cambio radical en nombre de algún experimento teóricamente incierto. Como sucedió con la caída del apartheid o con el desmoronamiento del comunismo, estos cambios sólo se producen cuando son necesarios. Es cuando no es probable que una alternativa viable al régimen actual sea más dura que el propio régimen cuando la gente puede llegar a tomar la decisión eminentemente racional de no continuar con lo establecido".

         Terry Eagleton: Después de la teoría, Debate, págs. 186-187.


No hay comentarios: