lunes, 1 de julio de 2013

Escritor / Adorno



Primera medida precautoria del escritor: observar en cada texto, en cada pasaje, en cada párrafo si el motivo central aparece suficientemente claro.

Una de las técnicas del escritor es saber renunciar incluso a ideas fecundas cuando la construcción lo requiere.


Ninguna corrección es tan pequeña o baladí como para no realizarla.

Nada debe tenerse por valioso por el mero hecho de estar ahí escrito sobre el papel.

Es un deber eliminar las dificultades.

El escritor no puede aceptar la distinción entre expresión bella y expresión exacta. Si consigue decir lo que piensa, en ello hay ya belleza.

Quien con el pretexto de estar absorto en el tema renuncia a la pureza de la expresión, lo que hace es traicionarlo.

Quien ya no tiene ninguna patria halla en el escribir su lugar de residencia.
                                                                                T. W. Adorno

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