martes, 10 de septiembre de 2013

Como todas las promesas



Cuando el  fragor de las calles
inundaba las aceras
con cantos enaltecidos
con consignas sin banderas
y estallaba en las ventanas
la luz de la primavera

la sombra merodeaba
sin que nadie lo advirtiera
aguardando su momento
como sierpe en la maleza.

Cuando aquel día de mayo
de improviso y sin tutelas
dijimos por fin ¡ya basta!
se agotó nuestra paciencia
y nos fuimos a la plaza
y sumamos nuestras fuerzas

la sombra ya estaba allí
sin que nos diéramos cuenta
alimentando el silencio
el olvido y la tristeza.

Cuando al cabo de los días
(no me acuerdo de la fecha)
abandonamos la plaza
sin despedirnos siquiera
cada cual volvió a su casa
llevando la sombra a cuestas

En vilo contra la sombra
me paso la noche en vela.
No acepto sus conclusiones
mi derrota y su respuesta.

Lo siento por ti, muchacho:
no tiene excusa la espera
nunca, óyeme bien, nunca
nunca llamará a tu puerta
pues naufragó la esperanza
como todas las promesas.

rarodeluna
  

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