A mis
venas
Estos
cauces que ves amoratados
y de
amarillo cieno revestidos,
eran la
flor azul de los sentidos,
que hoy
descubre sus pétalos ajados.
Besos
verdes de aguja en todos lados
hieren
la trabazón de los tejidos
y
denuncian los brazos resentidos,
la
enigmática piel de los drogados.
Las que
llevaban vida y alimento
son
tibias cobras de veneno breve,
blanco
caballo con la sien de nieve.
Trotando
corazón y sentimiento
que por
las aguas de sangre vierte
con
rápido caudal lenta muerte.
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