Resiste mucho, obedece
menos.
Desafía al capitalismo
con su disfraz democrático. Desafía todos los credos políticos, incluido el
populismo revolucionario y el socialismo patotero.
Considera el sufismo,
especialmente su éxtasis tántrico en el cual la poesía compuesta en la lengua
es la guía hacia el corazón y también hacia el alma.
Glorifícate en el
pesimismo del intelecto y en el optimismo de la voluntad.
No soples burbujas de
desesperanza.
La poesía es semilla y
pimpollo, no es una ramita. Fúmala para volarte.
Genera alegría colectiva
frente al rostro del desaliento colectivo.
Libera secretamente todo
ser que veas en una jaula.
Libera a los pobres y
enfurece a los déspotas.
Haz sonar tu grito
bárbaro sobre los techos del mundo.
Grazna el gran graznido.
Siembra tus poemas con
la sal de la tierra.
Defiende a los tontos y
locos.
Observa la eternidad en
los ojos de los animales.
Observa la eternidad, no
una próxima noche, sino esta noche.
Expresa lo inexpresable.
No seas demasiado complejo para el hombre de la calle.
Sé un ave de canto, no
un papagayo.
Sé un canario en la mina
de carbón. (Un canario muerto no es solamente un problema ornitológico.)
Sé también un gallo que
despierta al mundo.
Escribe poemas breves
con la voz de los pájaros.
El canto de los pájaros no
es producido por máquinas. Dale alas a los poemas para que vuelen hacia las
copas de los árboles.
No complazcas, muy
particularmente no complazcas al público, ni a los lectores, ni a los editores.
No halagues a la Mente
Media de América ni a la sociedad de consumo. Sé un poeta no un mercachifle.
No desmerezcas a los
académicos que sostienen que el poema debe contener integridad, armonía,
radiaciones, verdad, belleza, bondad.
Hazte al mar en barcos,
o trabaja cerca del agua, y rema en tu propio bote. ¿Por qué escuchar a los
críticos que no han producido grandes obras?
No produzcas poesía por
metro.
No escribas segundas
versiones de las realidades virtuales.
Sé un lobo en la majada
de corderos del silencio. No patines en la cáscara de banana del nihilismo,
incluso cuando escuches el rugido de la nada.
Tienes que llenar el
oscuro abismo que bosteza detrás de cada rostro, cada vida, cada nación.
Haz un poema de cada una
de tus experiencias y sobreponte a la miopía del momento actual.
Atrapa instantes, cada
segundo es una pulsación del corazón.
Oculta tu celular y
estate aquí y ahora.
Busca lo permanente en
lo evanescente, en lo que huye.
Haz ondas permanentes, y
no sólo en las cabezas de las mujeres, estilizadas en la peluquería.
No juegues con tu bigote
en sótanos desesperanzados escribiendo boberías incomprensibles.
¿Por qué vivir en las
sombras? Hazte un lugar en el barco del sol.
No permitas que digan
que tu poesía es una mierda. No permitas que digan que tu poesía es para los
pájaros.
Ríe a carcajadas de
aquellos que dicen que tus poetas son unos inadaptados o terroristas
potenciales y un peligro para el estado.
No permitas que digan
que tu poesía es una neurosis de la cual muchos no se recuperan.
Ríe de aquellos que
dicen que toda la poesía ha sido escrita por el espíritu santo y que tú eres
solo un escritor fantasma.
Nunca, nunca creas que
la poesía es irrelevante en las épocas oscuras.
No permitas que digan
que los poetas son parasiti.
Ríe de aquellos que
sostienen que la poesía es subvencionada por la Inseguridad Social.
No les creas cuando te
dicen que nadie invierte una moneda en la poesía en el mercado de valores de
nuestra cultura de los casinos.
No abras tu boca, salvo
que tengas la urgencia del canto.
Si no tienes nada que
decir no lo digas. No sermonees de este modo. No digas No.
Búrlate de aquellos que
dicen que vives en el mundo de los sueños. Sueña tu propia realidad. Acampa en
las riberas de la realidad.
Ríe de aquellos que te
dicen “Escriba prosa, joven, escriba prosa”.
Sal de tu ropero. Ahí
adentro hay demasiada oscuridad. Ten el valor de ser un insurgente poético no
violento, un antihéroe.
Templa lo intemperante
de tu voz con la compasión.
En las viñas de la ira
cosecha las uvas para hacer el vino nuevo. Recuerda que los hombres y las
mujeres, seres sufrientes, viven el éxtasis y el dolor infinitamente.
Levanta las persianas,
abre tus cerradas ventanas, eleva el techo, retira las cerraduras de las
puertas, pero no arrojes los tornillos a la basura.
No destruyas el mundo si
no tienes algo mejor para reemplazarlo.
Desafía a Némesis, la
diosa vengativa, la diosa de la envidia.
Comprométete con algo
más allá de ti mismo. Demuestra tu pasión.
¿Si pudieras arrebatar
la fama de las llamas, dónde estaría tu arco ardiente, dónde tus flechas del
deseo, dónde tu incendiado ingenio?
Cuando el poeta se baja
los pantalones, su “ars poetica” como sus nalgas deben ser evidentes,
abriéndole el paso a las erecciones líricas.
Las clases dirigentes
comienzan las guerras, las clases bajas combaten en ellas. Los gobiernos
mienten. La voz del gobierno no es la voz del pueblo. Habla. Actúa. El silencio
es cómplice.
Se el tábano del estado,
pero también su luciérnaga, su bicho de luz.
Y si tienes dos piezas
de pan, haz como hicieron los griegos, vende una y con la moneda del reino
compra girasoles.
¡Despiértate, el mundo
está en llamas!
Que tengas un buen día
Lawrence
Ferlinghetti: "La
Poesía como un arte insurgente"
Dada
la extensión del poema, lo publico en tres entregas. Esta es la tercera y última;
las dos anteriores las edité el 17 y el 19 de este mismo mes.
El
poema lo publicó Prometeo. Revista
Latinoamericana de poesía, nº 81-82, de julio de 2008