viernes, 25 de noviembre de 2011

25 de noviembre



Ha sido una extraña casualidad: encontrarme hoy, justamente hoy, este pasaje del Cantar de Mío Cid en el que los Infantes de Carrión golpean hasta la extenuación a doña Elvira y doña Sol, las hijas del héroe castellano.
Lo elegí para la primera campaña contra la violencia de género en la que participé. Yo había leído ese texto pocos años antes cuando cursaba bachillerato y desde entonces formaba parte de lo que en un primer momento quiso ser algo así como una historia fragmentaria de la infamia machista y luego se quedó en una colección de textos, eso sí, extraordinariamente elocuentes y desde luego radicalmente comprometidos con la mujer.
En otro momento os enseñaré algunos textos de mi colección. Hoy os dejo este conmovedor testimonio de hace casi ocho siglos.
                                                                      Teresa

 

Andrew Wyeth: Long Limb


Las damas mucho rogaron, mas de nada les sirvió;
empezaron a azotarlas los infantes de Carrión,
con las cinchas corredizas las azotan con rigor;
con las espuelas agudas les causan un gran dolor;
y les rasgan las camisas y las carnes a las dos;
sobre las telas de seda limpia la sangre asomó;
bien que lo sentían ellas en su mismo corazón.
¡Oh, qué ventura tan grande, si así lo quisiera Dios,
que asomase por allí Mío Cid Campeador!
Tanto allí las azotaron, que el sentido les faltó;
las telas de rica seda sangrientas tienen las dos.
cansados están de herirlas los infantes de Carrión.
Prueban una y otra vez quién las azota mejor.
Ya no podían ni hablas doña Elvira y doña Sol.
En el robledo de Corpes por muertas quedan las dos.

Anónimo: Cantar de Mío Cid, vv. 2735 - 2748


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