miércoles, 6 de junio de 2012

Tres apuntes

 

Inseguridad
(Trabajo)

La temporalidad y la fragilidad laborales, la discontinuidad y la informalidad están alcanzando a sociedades occidentales hasta ahora baluartes del pleno empleo y el Estado del bienestar.
Alemania es modélica por su forma de contener la crisis, pero el empleo precario crece demasiado. En la década de 1960 solo el 10% de los trabajadores pertenecía a ese grupo; en la de 1980 la cifra ya se situaba en un cuarto, y ahora es de alrededor de un tercio del total. Si los cambios continúan a este ritmo en otros diez años solo la mitad de los trabajadores tendrá empleos a tiempo completo de larga duración.
Cuanto más se desregulan y flexibilizan las relaciones laborales, con más rapidez pasamos de una sociedad del trabajo a otra de riesgos incalculables, tanto desde el punto de vista de las vidas de los individuos como del Estado y la política.
Mientras el capitalismo global disuelve en los países occidentales los valores esenciales de la sociedad del trabajo, se rompe un vínculo histórico entre capitalismo, Estado de bienestar y democracia. No nos equivoquemos: un capitalismo que no busque más que el beneficio, sin consideración alguna hacia los trabajadores, el Estado de bienestar y la democracia, es un capitalismo que renuncia a su propia legitimidad.
                                                                           Ulrich Beck

 

Yuriko Nakao

 

Desconfianza

(Política)

 

Los líderes financieros, desde los ministros de Economía y Finanzas hasta los líderes de instituciones financieras privadas, repitieron el mantra actual: los países en crisis deben poner en orden sus asuntos, reducir sus déficits y deudas públicas, adoptar reformas estructurales y promover el crecimiento. La confianza, reiteraron numerosas veces, debe ser restaurada.
Ese tipo de pontificación suena un tanto afectada cuando proviene de quienes, al mando de bancos centrales, ministerios de Hacienda y Finanzas y bancos privados llevaron al sistema financiero mundial al borde de la ruina y fueron artífices del desastre actual. Y lo que resulta aún peor, poco se explica sobre cómo lograr la cuadratura del círculo. ¿Cómo puede recuperarse la confianza mientras las economías en crisis caen en recesión? ¿Cómo puede revivirse el crecimiento cuando la austeridad probablemente signifique una mayor disminución de la demanda agregada, lo que reducirá aún más la producción y el empleo?
                                                                      Joseph E. Stiglitz

Mark Rothko:  Azafrán

Amnesia

(Europa)

La situación de Europa es grave, muy grave.
No nos engañemos: si se desintegra el euro, lo mismo ocurrirá a la Unión Europea (la mayor economía del mundo), lo que desencadenará una crisis económica mundial que la mayoría de las personas vivas actualmente nunca han padecido. Europa está al borde del abismo y sin duda caerá en él, a no ser que Alemania —y Francia— cambien de rumbo.
Una cosa es segura: la desintegración del euro y de la UE entrañaría la salida de Europa del escenario mundial.
La salvación de Europa depende ahora de un cambio fundamental en la posición en materia de política económica de Alemania y de la de Francia en materia de integración política y reformas estructurales.
Francia tendrá que aceptar una unión política: un gobierno común con control parlamentario común para la zona del euro.
Por su parte, Alemania tendrá que optar por una unión fiscal.
Alemania se destruyó a sí misma –y el orden europeo– en dos ocasiones en el siglo XX y después convenció a Occidente de que había sacado las conclusiones oportunas. Sólo de ese modo, reflejado con la mayor claridad en su aceptación del proyecto europeo, obtuvo Alemania la anuencia para su reunificación. Sería a un tiempo trágico e irónico que una Alemania restaurada por medios pacíficos y con la mejor de las intenciones provocara la ruina del orden europeo por tercera vez.
                                                                  Joschka Fischer


(Remitido por Antonio, sin comentarios)

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