jueves, 22 de agosto de 2013

Poética / Montale


 
No voy en busca de la poesía, espero que me visite.

No niego que un poeta pueda o deba ejercitarse en su oficio, en cuanto tal. Pero los mejores ejercicios son los interiores, hechos de meditación y lectura. Lecturas de todo tipo, no sólo de poesía.


No es preciso que un poeta dedique su tiempo a leer versos ajenos, pero no puede concebirse que ignore todo lo que se ha hecho en su arte, desde el punto de vista técnico.

El lenguaje de un poeta es un lenguaje historizado, una correlación. Vale en cuanto se opone o se diferencia de otros lenguajes. Naturalmente, el principal origen de cualquier idea poética está en el campo de la prosa.

El sueño de todos los poetas modernos es un verso que sea también prosa

Un poeta no debe malgastar su voz solfeando demasiado, no debe perder aquellas cualidades de timbre que luego no podrá recuperar. No hace falta escribir una serie de poesías allí donde una sola agota una situación psicológica determinada, una ocasión. En este sentido es prodigiosa la enseñanza de Foscolo, un poeta que no se ha repetido jamás.

La necesidad de un poeta es la búsqueda de una verdad puntual, no de una verdad general. Una verdad del poeta-sujeto que no abjure de la del hombre empírico. Que cante lo que une al hombre con los otros hombre s, pero que no niegue lo que lo desune y lo vuelve único, irrepetible.

Habiendo sentido desde que nací una desarmonía total con la realidad que me rodeaba, la materia de mi inspiración no podía ser sino esa desarmonía.

Mis motivos son sencillos: el paisaje (a veces alucinado pero a menudo naturalista), nuestro paisaje ligur que es también universal; el amor, en forma de fantasmas que frecuentan las varias poesías y provocan las acostumbradas “intermitencias del corazón” (lenguaje proustiano que yo no uso); finalmente, la evasión, la huida de la cadena férrea de la necesidad, el milagro, por así decirlo, laico (“busca una malla rota en la red...”). A veces los motivos pueden fundirse, a veces están aislados...

No busqué adrede la oscuridad.

Desde hace muchos años los mejores artistas en pintura, en música, en poesía, fundan su arte en la imposibilidad de decir.

Un poeta no debe renunciar a la vida. Es la vida la que se encarga de escapársele.

                                                                  Eugenio Montale

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