Nuestra posición natural es la hipocresía: deseamos algo pero preferimos no tener lo que queremos. Un ejemplo político brutal: hoy está de moda decir que la gente quiere tener voz, participar en política. No. La mayoría, no. Esto es lo problemático cuando se dice: “Necesitamos una ciudadanía más activa”. Que la gente debe participar en las decisiones, en reuniones, en sus comunidades locales, etcétera. No es así, salvo en situaciones de emergencia, en estos hermosos momentos de revueltas y demás. Pero en el largo plazo, lo que la gente quiere es un orden público, organización estatal, que las cosas funcionen y me permitan hacer bien mi trabajo.
Anna Parini |
Los problemas que estamos confrontando no pueden ser respondidos por ningún sistema ético tradicional, antiguo. Tampoco la religión ni la ética secular estándar [...] Me parece que vivimos un momento de crisis ética, pero no me refiero a la queja habitual conservadora de la pérdida de valores. Me refiero a que estos valores están en crisis desde sus cimientos.
En todo el planeta, al capitalismo le está yendo mejor que
nunca. ¿Pero qué es lo que está en crisis? El matrimonio interno entre el
capitalismo y democracia se está desintegrando. Lo que está apareciendo hoy es
una nueva forma de capitalismo, pero que ya no necesita a la democracia en el
sentido europeo. Fíjate en China: los viejos comunistas totalitarios hoy
parecen ser los mejores administradores del nuevo capitalismo [...] Si
entráramos en un mundo que deje de ser ideológicamente europeo, entonces quizá
tengamos una sociedad mucho más autoritaria.
Anna Parini |
La democracia en su forma actual, la democracia
multipartidaria institucional, no es suficiente para lidiar con los problemas.
Lo principal es que al menos en algunos países europeos hay situaciones
protorrevolu-cionarias. Sin embargo, no hay movimiento que pueda redireccionar
esta profunda y agresiva insatisfacción hacia una dirección política
mínimamente positiva. Si le preguntas a los manifestantes qué es lo que
quieren, todo lo que recibes como respuesta es “queremos más dinero para salvar
a la gente, más gente que ahorre dinero, más justicia, una vida digna”. Pero si
le preguntas a los manifestantes: “Ok, pero ¿qué quieren, más específicamente?
¿Un capitalismo más keynesiano? ¿Más moderno?, inmediatamente recibes
respuestas confusas.
El problema de la izquierda es que simplemente no puede
formular un gran proyecto [...] El
capital trata desesperadamente de encontrar formas de prolongar esta etapa de
lo privado, por no hablar de nuevas formas de apartheid, de los problemas que
plantea la biogenética. Por eso, si no hacemos algo, si no hay una suerte de
acción colectiva, pienso que, si las cosas siguen igual que ahora, nos
estaremos acercando a una triste sociedad autoritaria, con apartheid,
privilegios para algunos y otros males.
Slavoj Zizek
Cfr.: "El humor del
filósofo lacaniano", entrevista de Héctor Pavón
a Slavoj Zizek, publicada en Ñ. Revista de Cultura, Clarín.com, 14 de
abril de 2013.
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