Con la
aparición de los nacionalismos periféricos, el nacionalismo español
"encontró un objetivo más para su existencia [...] Ahora existía también
la finalidad del antiseparatismo, la defensa del Estado contra los
nacionalismos disgregadores"
1. Patriotismo
Reactivo
A lo
largo del siglo XIX, el nacionalismo español evolucionó desde sus orígenes
laico-progresistas hasta el nacional-catolicismo. En el XX se convierte en un
nacionalismo "reactivo, no integrador, apropiado ya por los sectores
ideológicos más reaccionarios, más antidemocráticos y socialmente más
regresivos" [Borja de Riquer].
2. Militarismo
2. Militarismo
"Este
nacionalismo conservador puede definirse como unitario y autoritario, muy
preocupado por el peligro separatista y proclive al militarismo. Los militares,
llevados por el revanchismo tras la humillación de 1898, se sintieron
especialmente atraídos por este patriotismo reactivo, y volvieron a
interferirse en la vida política, tras el paréntesis canovista. Comenzaron
asaltando redacciones de los periódicos, y acabaron exigiendo una "Ley de
Jurisdicciones" que pusiera bajo consejos de guerra las ofensas a la
patria y al honor de las fuerzas armadas. Los militares se identificaron con
este nacionalismo español que [...] se volcó contra un enemigo interior: los nacionalismos separatistas y las izquierdas
revolucionarias, conceptuados ambos como antiespañoles".
3.
Conservadurismo
"El
conservadurismo, la defensa del orden social existente, se convirtió, entre el
último tercio del siglo XIX y el primero del XX, en el último de los objetivos
que el nacionalismo español hizo suyos [...] Naturalmente, era el preferido por
los grupos católicos-conservadores".
4.
Golpismo
En
1936, "Frente a la amenaza republicana se alzó una amplia coalición de
todas las facciones del conservadurismo: el mundo católico, asustado por la
secularización moderna; los círculos de poder económicos más tradicionales,
horrorizados ante la 'revolución social'; y el ejército [que fue el encargado]
de ejecutar el golpe contra la República"
En la
Guerra Civil, "toda la gama de nacionalismos existentes y posibles quedó reducida a dos:
el 'republicano', heredero del laico-progresista del siglo XIX y de una parte
del regeneracionismo noventayochista, y el 'nacional' o católico-conservados.
René Magritte: The Enchanted Spot |
5. Franquismo
Con la
victoria de los 'nacionales', se impone "una nacionalización forzada,
brutal y basada en la anulación y el aplastamiento de medio país. No hay autor
que no esté de acuerdo en este diagnóstico: la política nacionalizadora de los
vencedores no se fundó en la integración sino en 'la represión y el
adoctrinamiento coactivo'; 'la nacionalización española que el franquismo quiso
imponer [...] era tan agresiva como grosera".
6.
Patriotismo constitucional
"La
doble y ambigua legitimación nacional de
la Constitución de 1978, con ese artículo segundo, producto de la transacción
-el "consenso"- que deja el sujeto de la soberanía indefinido entre
esa "nación española" de unidad "indisoluble" y esas
"nacionalidades" cuya existencia consagra. Las espadas quedaron en
alto. Los dos nacionalismos [el español y los periféricos] pervivieron. Ambos,
en cierto modo, como dice Juan Linz, fracasados [...] pero con la fuerza
suficiente como para hacer difícil la vida del rival. En los últimos años, el
españolismo ha intentado asociarse al 'patriotismo constitucional', a un ideal
cívico y pluricultural, distanciándose así de sus conexiones con el franquismo.
Del éxito de esta asociación depende su supervivencia".
José Álvarez Junco: Mater dolorosa. Taurus, 2001, págs. 601 y ss.
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