“Los libros comunísimamente son hijos de otros libros, no de la idea y entendimiento de los que los escriben. ¡Oh, cuántos grajos no hacen sino repetir lo que cantaron algunos cisnes!... Aun sería tolerable si estos escribientes supieran dar a lo que trasladan una agradable forma. Mas lo que a cada paso se ve es que de preciosos materiales fabrican torpísimos edificios, y de bellas pinturas sacan en la copia infelices mamarrachos”
B. Feijoo
2 comentarios:
El compañero Feijoo difícilmente podría escribir estas palabras en alguno de los suplementos culturales de nuestra prensa escrita. Que un benedictino del XVIII parezca hoy un provocador es síntoma de lo reaccionario y pacato de nuestra posmodernidad hispánica.
Todo se justifica con la teoría de la intertextualidad ; )
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