sábado, 31 de marzo de 2012

Antología parcial / 47





Sonreír con la alegre tristeza del olivo,
esperar, no cansarse de esperar la alegría.
Sonríamos, doremos la luz de cada día
en esta alegre y triste vanidad de ser vivo.

Me siento cada día más libre y más cautivo
en toda esta sonrisa tan clara y tan sombría.
Cruzan las tempestades sobre tu boca fría
como sobre la mía que aún es un soplo estivo.

Una sonrisa se alza sobre el abismo: crece
como un abismo trémulo, pero batiente en alas.
Una sonrisa eleva calientemente el vuelo.

Diurna, firme, arriba, no baja, no anochece.
Todo lo desafías, amor: todo lo escalas.
Con sonrisa te fuiste de la tierra y del cielo.

 
Miguel Hernández: Poemas últimos.


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