viernes, 7 de junio de 2013

Antología parcial / 88





                         Sin darse uno cuenta

Sin darse uno cuenta,
sin poder creer,
insólita como la adolescencia:
la entrada en la vejez.
También comienza con la propia voz
que de pronto un día
nos suena extraña, ajena,
y en el espejo una cara
nos mira
como si no fuera la nuestra.
Y uno vuelve a dudar,
a no saber quién es,
a ensimismarse y caer
en el pozo de la extrañeza.
Pero ahora no hay
padre a quien preguntar
o contra quien rebelarse,
ni madre en cuyo regazo
apoyar la cabeza
para que amaine
la fiebre o la soledad.
Y uno va por las calles
mirando, de soslayo, a las mujeres
que pasan radiantes,
avivando
ya más que el deseo,
una incurable
nostalgia de futuro.
Y de noche, al lado: el cuerpo amado,
no hace mucho deseante y deseado,
y ahora como el de uno:
cubriéndose avergonzado
con la sábana y las manos
la ajada desnudez.
Última adolescencia,
más grave y huérfana:
la entrada en la vejez.
Y al término de ella:
no ya la juventud,
tampoco la madurez.
 

Eduardo Mitre: Obra poética (2012)


No hay comentarios: