domingo, 2 de junio de 2013

Gris



No sé qué pensarán ustedes, pero yo tengo la impresión de que este año la primavera ha decidido quitarse de en medio. Acudió formalmente a su cita con el calendario y enseguida dijo: ahí os quedáis. Se llevó consigo la luz y el color y nos dejó lo que ven: un horizonte inusualmente gris. 
Para unos, no hay misterio ni perplejidad que valga. Todo obedece a un fenómeno natural: se trata de un proceso cíclico de meras aunque persistentes inclemencias meteorológicas. Otros acuden a la profecía y a la premonición, y subrayan la existencia de un triste pero incontestable cambio climático.Y hay quienes resuelven la cuestión con la ayuda del refranero, alegando aquello de que cuando marzo mayea, mayo marzea. 
La explicación más disparatada de por qué la primavera  ha decidido hacer mutis por el foro me la ha regalado un viejo amigo, poeta periférico y filósofo indolente, al que no veía desde hace años y con quien me encontré casualmente el viernes pasado al salir de la Biblioteca.  
Tommy Ingberg
El día estaba muy nublado. Tras las palabras de rigor (ya saben: cuánto tiempo, cómo te va, y todo eso), no sé por qué, se me ocurrió decir: parece que este año nos ha dado plantón la primavera... La cosa es muy seria, dijo. ¿Qué cosa?, dije yo. Lo que está ocurriendo con la primavera, respondió. Y añadió: es un caso claro de contaminación; simbólica sin duda, pero contaminación. Y eso es grave.
Fíjate, -me dijo, sin solución de continuidad y señalando hacia el cielo-: tiempo inestable, cielo plomizo, ambiente otoñal... Nada que ver con el colorido y la luz de la primavera... Todo es gris. Y ahora, mira estas imágenes. Diligente, encendió su iPad y me mostró un vídeo en el que aparecían Rubalcaba y Rajoy interpelándose en el Congreso. Ya ves -dijo muy serio-: mediocre, anodino e insulso, mortecino y aburrido... irreparablemente gris. Está claro, ¿no? ¿Entiendes ahora qué le ha ocurrido a la primavera? Me dio la mano, me dijo adiós y se marchó.
Ya en casa, cuando encendí el televisor tres miembros del Gobierno hacían todo lo posible para no decir nada en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Cambié de canal: varias personas hacían aspavientos y gritaban sin prestarse atención unas a otras en lo que decía ser un debate sobre la crisis... Cambié de nuevo. En el canal autonómico alguien hablaba de nuestras  tradiciones (enfatizando el posesivo). Salí inmediatamente y me encontré con la información meteorológica: "seguirá el tiempo inestable..." Apagué el televisor. Y dije en voz alta: efectivamente, gris.

                                                                                    Darío

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