Las
cosas que me interesan al leer un poema son dos. La primera es técnica:
"He aquí un aparato verbal. ¿Cómo funciona?". La segunda es, en un
sentido amplio, moral: "¿Qué especie de tipo habita este poema? ¿Cuál es
su idea de una buena vida o de un buen lugar?
La
sinceridad, en su correcto significado de autenticidad, es, o debería ser, la
principal preocupación de un escritor.
La
poesía es lenguaje en el más personal, el más íntimo de los diálogos. Un poema
sólo tiene vida cuando un lector responde a las palabras que el poeta escribió.
El tema
de un poema está formado por una muchedumbre de acontecimientos sentimentales
recobrados, de los cuales los más importantes son los encuentros con seres o
acontecimientos sagrados. El poeta trata de transformar esta muchedumbre en una
comunidad encarnándola en una sociedad verbal. Tal sociedad, como todas las de
su naturaleza, tiene sus propias leyes; las leyes de la prosodia y de la
sintaxis son análogas a las leyes de física y de la química. Todo poema debe
presuponer -a veces erróneamente- que la historia del lenguaje ha llegado a su
fin.
Un
poema es el testimonio que da un hombre
de su conocimiento del bien y del mal.
Todo
buen poema es casi una Utopía.
W.
H. Auden
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