Conversación
con Simone Weil
— los niños, el océano, la vida
silvestre, Bach.
— el hombre es un extraño
animal.
En la mayor parte del mundo
la mitad de los niños se van a
la cama
hambrientos.
¿Renuncia el ángel a sus
plumas, al iris,
a la gravedad y la gracia?
¿Se acabó para nosotros la
esperanza de
ser mejores ahora?
La vida es de otros.
Ilusiones y yerros.
La palabra fatigada.
Ya ni te atreves a comerte un
durazno.
Para algo cerré la puerta,
di la espalda
y entre la rabia y el sueño
olvidé
muchas cosas.
La mitad de los niños se van a
la cama
hambrientos.
— los niños, el océano, la vida
silvestre, Bach.
— el hombre es un extraño
animal.
Los sabios en quien depositamos
nuestra
confianza
nos traicionan.
— los niños se van a la cama
hambrientos
— los viejos se van a la muerte
hambrientos.
El verbo no alimenta. Las
cifras no sacian.
Me acuerdo ¿Me acuerdo?
Me acuerdo mal, reconozco a
tientas. Me equivoco.
Viene una niña de lejos. Doy la
espalda.
Me olvido de la razón y el tiempo.
Y todo debe ser mentira
porque no estoy en el sitio de
mi alma.
No me quejo de la buena manera.
La poesía me harta.
Cierro la puerta.
Orino tristemente sobre el
mezquino fuego
de la gracia.
— los niños se van a la cama
hambrientos.
— los viejos se van a la muerte
hambrientos.
El verbo no alimenta.
Las cifras no sacian.
— el hombre es un extraño
animal.
Blanca Varela: Valses y otras falsas confesiones (1971)
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